Introducción
El dolor musculo esquelético afecta a millones de personas en el mundo, además de los inmensos costos por los tratamientos médicos, pérdida de la productividad y ausencias al trabajo.
El dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada con una lesión presente o potencial.
El dolor siempre es subjetivo.
Cada individuo aprende el significado de la palabra dolor, a través de experiencias vinculadas a la lesión en épocas iniciales de la vida.
Podemos diferenciar dos tipos de dolores músculo esqueléticos, por artrosis y por artritis.
El dolor articular degenerativo, o artrosis, se produce por desgaste de las diferentes partes de una articulación, cartílago, hueso, ligamentos, etc.
Mientras que el dolor articular inflamatorio, o artritis, se produce por «inflamación» de una articulación.
Se considera que el dolor agudo dura menos de treinta días, mientras que el dolor crónico, tiene una duración de más de seis meses, o como un dolor que se extiende más allá del período de curación esperado.
Tratamientos
Los tratamientos más frecuentes para el dolor musculo esquelético incluyen, la inmovilización, los medicamentos, la fisioterapia, el manejo emocional, las inyecciones locales con anestésicos y corticoides y las cirugías.
Los tratamientos convencionales para el tratamiento del dolor, tienen sus beneficios, pero también poseen diferentes efectos secundarios, riesgos y complicaciones.
Por ejemplo, los medicamentos pueden producir úlceras gástricas, hemorragias digestivas, efectos cardiovasculares como arritmia e infarto de miocardio, adicción a los analgésico y narcóticos.
Las cirugías pueden producir deformidades, déficits neurológicos y severas complicaciones.
Mientras que la terapia láser de baja intensidad, es una excelente alternativa para dolor musculo-esquelético, porque es un tratamiento eficaz, no invasivo, no medicamentoso e indoloro y que prácticamente no tiene riesgos o efectos adversos.
El término “Láser” es un acrónimo en inglés, que en español significa, amplificación de la luz por emisión estimulada de radiación.
Los láseres de baja intensidad son láseres de baja energía y, en contraposición a los láseres de alta potencia conocidos en medicina, no se emplean con finalidades quirúrgicas o estérica, sino que se emplean solamente con finalidades curativas.
Por ello también se les denomina, foto bioestimulación, láseres suaves o láseres curativos.
Se puede definir la terapia con láseres de baja intensidad como un tipo de terapia lumínica intensiva, que utiliza una luz dirigida, de una longitud de onda definida y diferentes frecuencias, para provocar cambios fisiológicos positivos en las células, y dar soporte al organismo en su curación.
Los efectos de la terapia láser son: reducción de la inflamación, alivio del dolor, regeneración de los tejidos dañados y mejoría de la circulación.
Los láseres de baja intensidad se emplean para la curación de heridas, la regeneración de tejidos, la inhibición de inflamaciones y para el alivio del dolor.
Pero también son extraordinariamente apropiados para la terapia de puntos de acupuntura y puntos gatillo, puntos sensibles y puntos reflejos.
Se pueden tratar las siguientes enfermedades músculo-esqueléticas como la artrosis de rodilla, cadera y tobillo, artritis reumatoide, periartritis del hombro, codo de tenista, miopatías, hernia discal, ciática, etc.
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